El Ojo de Águila
Lomas Taurinas, 23 de marzo de 1994…
Por: Alex Viveros
(Ciudad de México, 6 de marzo de 1994.
“…aquí está el PRI con su fuerza. Aquí está el PRI con sus organizaciones; está con su militancia, está con la sensibilidad de sus mujeres y de sus hombres…aquí está el PRI para mantener la paz y la estabilidad del país…en esta hora, la fuerza del PRI surge de nuestra capacidad para el cambio, de nuestra capacidad para el cambio con responsabilidad…somos la opción capaz de conservar lo que ha tenido éxito y somos la opción de encontrar nuevos caminos de solución para los problemas pendientes…¡México no quiere retrocesos a esquemas que ya estuvieron en el poder y probaron ser ineficaces!…No queremos candidatos que, al ser postulados, los primeros sorprendidos en conocer su supuesta militancia, sean los propios priistas…yo veo un México de comunidades indígenas, que no pueden esperar más las exigencias de justicia, de dignidad y de progreso…yo veo un México de trabajadores que no encuentran los empleos ni los salarios que demandan…yo veo un México de jóvenes que enfrentan la difícil realidad de la falta de empleo, que no siempre tienen al alcance las oportunidades de educación y de preparación…yo veo un México de mujeres que aún no cuentan con las oportunidades que les pertenecen; mujeres con una gran capacidad, una gran capacidad para enriquecer nuestros vida económica, política y social…Yo veo un México con hambre y sed de justicia…”) extracto del discurso pronunciado por Luis Donaldo Colosio Murrieta en el monumento a la revolución en la Ciudad de México el 6 de marzo de 1994.
Hoy se cumplen 24 años de ese trágico 23 de marzo en Lomas Taurinas, ese día se calló la voz a la esperanza, se dio un mensaje a los ideales revolucionarios de justicia, paz e igualdad, quedó claro que el cambio no quería ser asumido desde el interior del partido oficial, donde un hombre que no tenía una gran campaña hasta ese momento, decide lanzarse con todo por sacudir el corazón de los priistas y del pueblo mexicano, porque sea el partido que simpatizaras, era inevitable no haber vibrado con el discurso del 6 de marzo de 1994, el discurso puso a Luis Donaldo Colosio Murrieta en el flechero de los asesinos de la democracia.
No es casualidad que todo siga igual aparentemente, sin embargo, aun existen personas capaces de proponer un cambio de fondo, un cambio que traiga beneficios a nuestra bella nación, nuestro amado México, me atrevo a citar a la Licda. Ivonne Ortega Pacheco, que hace unos meses propuso asumir un compromiso grande para el tricolor, renovarse desde sus cimientos, propuso un camino que sin duda proyectaba un apuntalamiento estructural necesario, hoy ya conocemos lo que ocurrió, pero ella como muchos otros visionarios desde el puesto que nos corresponda, debemos seguir exigiendo un cambio verdadero, un cambio que va más allá de colores, un cambio que comience en nosotros y salga con fuerza para lograr un México que merecemos, que merecen nuestros hijos, nuestros hombres y mujeres que claman un salario justo, un México que está cansado de promesas y mentiras. Por qué no escucharlo, por qué no tomar el clamor nacional y generar una transformación positiva.
El discurso de Colosio no murió con él, trascendió en la historia y no quedó en un partido, sino compromete el actuar de toda la clase política, porque todos los partidos son responsables de favorecer un México de oportunidades reales y crecimiento evidente.
Ese día en Lomas Taurinas no murió un hombre, murió un ideal, pero nació una visión que está esperando ser continuada, una visión que cualquiera que decida asumir los retos, tendrá que enfrentar a sus pares, enfrentará su estructura interna, enfrentará una inercia que comenzó a ser evidenciada y condenada el 6 de marzo de 1994, pero sobre todo tendrá que enfrentar su propia zona de confort, salir de ella y generar un México digno o acobardarse y dejar que fluya todo como siempre.