El Museo de los Campeones, una nostalgia entre muros
BALBOA PARK – Lo que alguna vez fue el sueño y el orgullo de Bob Breitbard, hoy se queda en el olvido, o más bien en un recuerdo no muy lejano.
Solo quedan sombras de la letras doradas con la leyenda “Hall of Champions” en un recinto donde se encontraba resguardada la memoria de hazañas como las de Junior Seau, Dan Fouts o Ted Williams. Ahi eran comunes los encuentros entre semana con figuras no solo de la NFL sino también del olimpismo como el dominicano Félix “Superman” Sanchez y el exliniero defensivo de los Chargers, Luis Castillo hace casi 15 años.
La taquilla ya no registraba ventas de boletos. Los costos de mantenimiento se incrementaron y el museo cerró sus puertas de manera permanente en el verano de 2017.
Hoy en día, y luego de haber cerrado sus puertas hace dos años, solo opera la cafetería del local, al lado de la cual se encuentra un letrero que menciona como próxima, la instalación del nuevo museo del comic-con, organización que también ha posicionado a la región sandieguina en el plano mundial.
Parte de las colecciones del museo fueron subastadas. Otras devueltas a sus dueños originales y el resto, reubicadas a otros museos o galerías en la zona.
Una buena parte de las piezas que este lugar (considerado el museo multideportivo mas grande de los Estados Unidos) ostentaba, fueron también enviadas a las instalaciones del Petco Park.
Principalmente, la colección Breitbard, se encuentra ahí, al igual que todo aquel material relacionado con los atletas inducidos previa ceremonia.
MELANCOLÍA URBANA
Con igual suerte han corrido otros lugares considerados como emblemáticos en el centro de San Diego como Horton Plaza (donde solo quedan cuatro locales en funcionamiento junto con los dos teatros) e inclusive el Starlight Bowl.
Este último, en sus años de esplendor era una sala de conciertos al aire libre, ubicado entre el Museo del Salón de los Campeones y el Museo Aeroespacial.
Otro lugar con grandes recuerdos aunque ya con muchos años de haber pasado a la historia fue la Pizzería Pernicano y la Casa di Baffi, ambos propiedad del ya desaparecido George Pernicano, socio minoritario de los Chargers y quien en vida nunca vendió sus acciones como copropietario del equipo que emigró a Los Ángeles tiempo después de su muerte a los 99 años de edad.
Curiosamente, Pernicano traeria junto con Barron Hilton, abuelo de Paris Hilton, al equipo de los Chargers de Los Angeles a San Diego.
De acuerdo con la organización del Salón de la Fama del Deporte de San Diego, esta entidad sigue operando de manera formal pese al cierre del museo, ahora bajo el nombre de San Diego Sports Association o Asociación Deportiva sandieguina, con sede en la zona de Vía de La Valle, en Del Mar.